Cuando después de un taller ves que los niños van a buscar las cajas que han sobrado para llevárselas consigo a casa y seguir, te das cuenta que el cartón tiene en su información genética la capacidad de transformarse.
Los dos útimos Talleres Jungling, haciendo juguetes de cartón han sido en el Colegio de Arquitéctos de Valencia. Allí hemos disfrutado mucho viendo como a todos, niños y mayores, nos basta una simple caja, algunas veces varias, para transformarlas en un coche, un robot, un esqueleto o una isla.
El Taller debería empezar en la calle, yendo a buscar las cajas, en los contenedores, pidiéndolas en las tiendas o supermercados. Y luego en el espacio del Taller, elegir la más apropiada y con pocas herramientas (tijeras, cutter, pegamento y poco más) sin ninguna tecnología ni sofisticación empezar a transformarla. Vas viendo como va cambiando poco a poco, cortando por aquí y doblando por allá. Estar en el mismo espacio con otras personas que experimentan con su propia caja, es algo que se contagia, cuentas tu idea, alguien te sugiere como resolver una fijación o un cierre. Y antes de acabar ya estás pensando qué hacer con la siguiente caja.
Queremos dedicarle este post a todos esos artistas anómimos que comparten en cada Taller su pasión y esas ganas de jugar con el cartón.
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