¿Y por qué otro cuento? ¿Y por qué sin texto?
¿Entonces si no tienen texto, para qué sirven? Estas mismas preguntas nos las hacemos nosotros mismos una y otra vez. Pero también nos las hace el impresor, el encuadernador y seguro que alguno de vosotros.
Queremos responderlas haciendo una reflexión en común, y animaros a que compartáis con nosotros vuestra opinión.
Cada vez que decidimos hacer un libro "sin texto" sobre un cuento de la tradición oral, nos surgen este tipo de cuestiones.
¿Deberemos seguir por este camino? Realmente, esto nunca lo sabremos. Lo que si que tenemos claro es que por este camino se llega a otros lugares, algunos desconocidos, al menos por nosotros. Y en el camino van sucediendo cosas, encuentros, posibilidades que elegir, y vamos anotando, para luego poder contárlo. Pues esto, es lo que nos ha ocurrido en el camino que hemos hecho junto a Giovanna Ranaldi (la ilustradora), tras los pasos de "Pulgarcito", plantearnos el camino como un juego, el juego de elegir un camino, o lo que es lo mismo el camino en el laberinto.
¿Deberemos seguir por este camino? Realmente, esto nunca lo sabremos. Lo que si que tenemos claro es que por este camino se llega a otros lugares, algunos desconocidos, al menos por nosotros. Y en el camino van sucediendo cosas, encuentros, posibilidades que elegir, y vamos anotando, para luego poder contárlo. Pues esto, es lo que nos ha ocurrido en el camino que hemos hecho junto a Giovanna Ranaldi (la ilustradora), tras los pasos de "Pulgarcito", plantearnos el camino como un juego, el juego de elegir un camino, o lo que es lo mismo el camino en el laberinto.
Así empieza el viaje de "Pulgarcito", en la misma portada abandonando su casa, su lugar, y recorriendo cada uno de los pasajes de este cuento, los platos vacíos, la mano que marca el camino,
el bosque oscuro, el pájaro predador, las siete antorchas, el asombro
de la mujer del ogro, las 7 ogresitas, la decapitación de éstas, la
cólera del ogro, la huida a través del bosque, las botas de 7 leguas y
el botín del ogro. Y al final "Pulgarcito" regresa a su casa por el
mismo bosque, metiéndose otra vez en el laberinto.
Acompañando al libro,
en un bolsillo en la parte posterior, hay un juego, un gran mapa donde
la silueta del mismo Pulgarcito se convierte en un laberinto, que tendrá que recorrer para
volver a su casa, pasando por diferentes puntos estratégicos señalados
en este gran mapa/laberinto (el corazón, el estómago, la mente) antes de
encontrar la salida.Fue
durante el viaje y hablando con Giovanna, que surgió la idea de la
silueta humana como laberinto y dimos tras las pista de uno que diseñó
allá por el s.XVI, el arquitecto italiano, Francesco Segale, a quien le
fascinaban los laberintos.
De
este modo queremos establecer otra manera de utilizar los libros "sin
texto" usándolos una y otra vez para contar. Y si no conocemos el texto,
fácil, hay maravillosos libros que recogen las narraciones
originales de este y otros cuentos, y por qué no, leámolos en un libro electrónico, contémoslo varias veces y lo memorizaremos, así nos olvidamos de este dilema, ejercitando la memoria, nos daremos cuenta de que no tenemos que tener miedo a la ausencia de palabras, que no nos tiene que asustar el silencio, y aprenderemos que contar oralmente, nos permite jugar con la mirada, con la voz, con el gesto, y hacer al que escucha participe de la narración.
originales de este y otros cuentos, y por qué no, leámolos en un libro electrónico, contémoslo varias veces y lo memorizaremos, así nos olvidamos de este dilema, ejercitando la memoria, nos daremos cuenta de que no tenemos que tener miedo a la ausencia de palabras, que no nos tiene que asustar el silencio, y aprenderemos que contar oralmente, nos permite jugar con la mirada, con la voz, con el gesto, y hacer al que escucha participe de la narración.
Yo
siempre guardo en la memoria, aquellos libros que descubría de niño y
que sacaba de la estantería de casa de mis abuelos, que tenían
ilustraciones que no entendía o me asustaban, pero me gustaba verlas,
tenían mucho misterio para mi. Y ahora son las que más recuerdo.
El
miedo a la oscuridad, al negro, a la falta de luz. Eso es otro aspecto
importante que Giovanna Ranaldi ha tenido muy en cuenta a la hora de
contar el transcurso del tiempo narrativo. ¿Es un libro
para niños un libro con mucho negro, oscuro? ¿Y por qué no? Los adultos
sabemos que en la vida no es todo de colores, hay negro y mucho. Pero
además hay otro aspecto fundamental, y de sentido común, como dice
nuestra hija Maia: “Si la historia es de noche tiene que haber negro.
Porque la noche es negra“.
En
definitiva lo que queremos es que un niño lea estos libros "sin texto"
porque nosotros los adultos se los hemos contado previamente y a medida
que crezcan los leerán ellos en solitario y también los contarán,
recordando las imágenes que les ayudaron a ver y entender la historia. Y cuando sean adultos los recordaran y no les parecerán tan "infantiloides" o desvaídos como los que ya han olvidado.
Negro bien negro, intenso como el que se ha impreso en nuestro libro.
El libro ya está disponible en nuestra tienda online y muy pronto en las librerías habituales.
2 comentarios:
Fascinante! Estoy deseando tenerlo en mis manos... Mientras tanto iré leyendo la historia para poderla contar con soltura a Valentina... Enhorabuena!
Qué bien!!! Ojalá te pueda contar pronto Valentina el cuento a ti.
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