martes, 26 de mayo de 2009

La retaguardia















2 comentarios:

dani sanchis dijo...

“Quien vive solo, y sin embargo desea de vez en cuando vincularse a algo; quien, considerando los medios del día, del tiempo, del estado de sus negocios y demás, anhela de pronto ver un brazo al cual pudiese aferrarse, no está en condiciones de vivir mucho tiempo sin una ventana a la calle. Y si le place no desear nada, y sólo se acerca a la ventana como un nombre cansado cuya mirada oscila entre el público y el cielo, y no quiere mirar hacia afuera, y ha echado la cabeza un poco hacia atrás, sin embargo, a pesar de todo esto, los caballos de abajo terminarán por arrastrarlo en su caravana de coches y su tumulto, conduciéndolo finalmente a la armonía humana. ”
(Franz Kafka, La ventana a la calle)

milimbo dijo...

Me ha encantado tu manera de ilustrar la secuencia con esta cita. Y sobre todo la correspondencia desde tu ventana.

Te respondo con este texto de uno de mis libros favoritos Frankenstein de Mery Shelley.

" Mi refugio era de madera, pero de techo tan bajo, que apenas podía permanecer sentado sin tener que agachar la cabeza. No había madera en el suelo, que era de tierra, pero estaba seco; y aunque el viento se filtraba por numerosas rendijas, encontré que era un asilo agradable para protegerme de la nieve y la lluvia."