A los cuentos se vuelve por uno de esos senderos que no sabes
muy bien donde lo tomáste. Y allí te sientes Pulgarcito intentando salvar a sus hermanos de la voracidad del ogro. O quién no se ha sentido alguna vez como Hansel o Gretel perdidos en un gran bosque ante la llegada de la noche. Cómo resistirse a la tentación disfrazada de tan diversas formas.
Será por eso que acudimos a los cuentos porque nos gusta oir que un personaje pequeño es capaz de vencer a otro que acapara poder de manera desmesurada o que no debemos temer si elejimos el camino más dificultoso, pues superarlo nos dará fuerza y confianza para la próxima vez.